Infección: tipos, causas y diferencias

Una infección se produce cuando un invasor externo, como una bacteria, penetra en tu organismo y empieza a multiplicarse. Tu cuerpo reconoce la bacteria como algo perjudicial y trata de deshacerse de ella. Esto desata una cadena de eventos que provocan síntomas como fiebre, escalofríos o inflamación.

Algunos tipos de infecciones son más comunes que otras en función de la edad que tengas o de tu estado de salud. Sin embargo, generalmente estas se pueden clasificar en cuatro grupos de infecciones comunes:

• Las infecciones bacterianas, cuya causa es la penetración de una bacteria en el organismo humano a través del aire, agua, el suelo o la comida. Entre las infecciones bacterianas más comunes están la neumonía, la bronquitis y las infecciones de oído.
• Las infecciones víricas están causadas por virus, organismos diminutos que pueden residir en las células. Tanto el resfriado como la gripe y la varicela están provocadas por virus.
• Las infecciones fúngicas están causadas por hongos, microorganismos que habitan en el aire, el suelo y el agua. El pie de atleta, la candidiasis y la dermatofitosis son infecciones fúngicas.
• Las infecciones parasitarias están causadas por parásitos, organismos que residen sobre o en el interior de otros organismos. Algunas infecciones parasitarias son la malaria, la toxoplasmosis y la infección por parásitos intestinales.

Infecciones bacterianas

Las bacterias son organismos unicelulares presentes en todo nuestro entorno. A pesar de que la mayoría de las bacterias son útiles y esenciales para la vida, existen otras nocivas que pueden provocar enfermedades (patógenas).

Las infecciones bacterianas se producen cuando una bacteria patógena se introduce en el organismo y empieza a multiplicarse. Esto puede ocurrir debido al contacto con agua o comida contaminada, contacto estrecho con una persona infectada o contacto con una superficie contaminada.

Entre las infecciones bacterianas podemos encontrar las siguientes:

• Neumonía, causada por bacterias como la Streptococcus pneumoniae;
• Tuberculosis, causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis;
• Intoxicación alimentaria, causada por las bacterias Escherichia coli (E. coli) y Salmonella.

Infecciones víricas

Los virus son agentes infecciosos diminutos que, a diferencia de las bacterias, solo pueden reproducirse dentro de las células de otro organismo vivo.

Los virus se pueden difundir a través del contacto con fluidos corporales, como la sangre, la saliva o la mucosidad de una persona infectada. Estos pueden también circular gracias al contacto con superficies u objetos que hayan sido contaminados.

Entre las infecciones víricas podemos encontrar las siguientes:

• El resfriado común, causado por virus como los rinovirus;
• El coronavirus (COVID-19), una enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2;
• La gripe, causada por virus como los influenza A y B;
• El sida, causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Infecciones fúngicas

Los hongos son parecidos a las plantas si nos basamos en el hecho de que estos obtienen la energía a partir del sol o de otras materias orgánicas. Residen en el aire, el suelo, el agua, las plantas y los animales. Al igual que algunas bacterias, los hongos son beneficiosos, pero existen algunos que pueden causar infecciones.

Puedes contraer una infección fúngica si entras en contacto con las esporas de un hongo perjudicial. Las esporas son diminutas, ligeras y pueden viajar a través del aire. También pueden desplazarse sujetas a la ropa, los zapatos o a tus mascotas.

Entre las infecciones fúngicas podemos encontrar las siguientes:

• El pie de atleta o la dermatofitosis, causadas por diferentes hongos;
• Las infecciones por candidiasis en boca y garganta, causadas por el hongo Candida albicans.

Infecciones parasitarias

Los parásitos viven sobre o en el interior de otro organismo (organismo huésped) y se alimentan de este.

Los parásitos pueden penetrar en tu cuerpo a través de comida o agua contaminada, o por contacto con una persona o animal infectado. Tras introducirse en el organismo huésped, el parásito puede propagarse a otro órganos y multiplicarse. Esto puede provocar daños en el tejido e interferir en el funcionamiento normal de los órganos.

Entre las infecciones parasitarias podemos encontrar las siguientes:

• La infección por parásitos intestinales, causada por el parásito intestinal Enterobius vermicularis;
• La malaria, causada por el protozoo Plasmodium;
• La toxoplasmosis, causada por el protozoo parásito Toxoplasma gondii.

La forma más simple de prevenir la propagación de infecciones es mantener buenos hábitos de higiene:

• Lávate las manos con frecuencia;
• Evita tocarte el rostro o los ojos sin haberte lavado las manos previamente;
• Si tienes algún corte o herida, asegúrate de lavar la zona a conciencia y cubrirla para evitar que las bacterias puedan penetrar en ella.

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La información en este artículo se facilita únicamente a título informativo y no debe interpretarse como consejo médico ni usarse para fines de diagnóstico o tratamiento. Esta información nunca debe usarse en sustitución de un diagnóstico y tratamiento profesional. Consulta a un profesional sanitario antes de tomar decisiones relacionadas con la salud o para recibir asesoramiento sobre un problema concreto.