8 playas de Europa que te dejarán sin aliento

No es por hacerles sombra (guiño guiño), pero las playas de Europa son mucho mejores que las de Estados Unidos. Largos tramos de arena con dunas a un lado y acantilados a otro o pequeñas radas en tramos de costa escarpados: este continente tiene playas para todos los gustos. Si quieres huir de la ciudad y tumbarte al sol, no busques más: Europa lo tiene todo. Estas son las mejores playas de Europa, ¡no te las pierdas!

La playa de Zlatni Rat, o playa del Cuerno Dorado, es una de las playas más emblemáticas de Croacia (si no la mejor). ¿Su característica más prominente? Una larga y estrecha península que despunta en la costa adriática. La playa está rodeada de aguas turquesas y cristalinas, perfectas para nadar y hacer snorkel, y además hay multitud de bares y restaurantes cerca si necesitas un helado o un cóctel para descansar del calor mediterráneo.

Los impresionantes acantilados y aguas cristalinas de la costa amalfitana la convierten en una de las más pintorescas de Europa. Desde los edificios en tonos pastel de Positano hasta Villa Rufolo en Ravello (dada a conocer por Wagner), no te faltarán imágenes dignas de Instagram. Una vez allí, disfruta del limoncello: la ciudad es famosa por su producción de este delicioso licor de limón.

La Riviera italiana no es una sola playa, sino más bien una franja de perfección arenosa mecida por suaves olas y salpicada de calas remotas a la espera de que las descubran. Si quieres vivir la mejor experiencia vacacional de Europa, empieza por Cinque Terre, cinco preciosos pueblos pesqueros colgados de acantilados en los que podrás nadar desde la misma playa de Monterosso al Mare o alquilar un barco para hacer una excursión por aguas cristalinas. En resumen, el destino ideal para los amantes del mar.

Esta preciosa costa en el noroeste de España está salpicada de pueblitos de pescadores llenos de encanto (como Cadaqués, donde Salvador Dalí disfrutó de largos veranos de inspiración) y algunas de las mejores playas del Mediterráneo. Aquí encontrarás calas remotas, solo accesibles por barco o por senderos, así como largos tramos de arena suave, perfectos para tumbarse al sol.

Con un mar salvaje y tiempo tempestuoso, puede que Reynisfjara sea una de las mejores y más singulares playas de toda Europa. En los días de sol, parece salida de un sueño; una visión maravillosa cuando las olas del Atlántico se estrellan contra majestuosas columnas de basalto que se disipan por la costa de arena volcánica.

La costa suroeste de Creta alberga varias playas increíbles, pero es difícil superar la belleza de Elafonisi, un pequeño islote al que se accede por una estrecha lengua de arena cuando baja la marea. Con suaves colinas salpicadas de flores silvestres y curiosas formaciones de roca como telón de fondo, esta playa rosada resultará atractiva para cualquiera, desde familias amantes de la playa hasta aficionados al sol.

Escondida en una espectacular cala en el Algarve portugués, Praia da Marinha es una playa de postal. Sus aguas turquesas son tranquilas y los acantilados anaranjados de piedra que la flanquean no hacen sino resaltar esta sensación de serenidad. ¿Cansado de tanto tomar el sol o nadar? Haz alguna de las bonitas rutas de senderismo que zigzaguean en lo alto de los acantilados.

Para quienes quieran ahorrar, cabe destacar que el Algarve es famoso por el bajo coste de la vida, lo que lo convierte en un destino de playa relativamente barato para el viajero.

Oludeniz es un antídoto para las playas abarrotadas del Mediterráneo, un lugar en el que sentirse en comunión con la naturaleza. Esta laguna costera color aguamarina, protegida por majestuosas montañas, se encuentra a corta distancia de la bulliciosa ciudad de Fethiye, y sin embargo parece estar totalmente alejada de la civilización. Date un baño, rema en canoa o simplemente túmbate al sol en su sedosa arena blanca.

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